La profesión de guía de montaña nació juntamente con el alpinismo y las excursiones por las montañas. Es sabido que esta actividad comenzó en los Alpes centroeuropeos y que sus “fundadores” no fueron precisamente los habitantes de los Alpes, sino extranjeros que acudieron a aquellas montañas con el fin de admirar lo que para los montañeses eran lugares habituales.

Después de conquistarse la cima del Monte Blanco (el cerro más alto de Europa), victoria deportiva impulsada por hombres de ciencia, una intensa corriente de viajeros afluyó a los Alpes, impelida por la moda del tiempo y lo que contaban los libros. Estos viajeros, procedían en su mayoría de Inglaterra y se limitaron inicialmente a contemplar las montañas, pero posteriormente ascendieron por ellas y, a copia del tiempo, se realizó la conquista de las cumbres más importantes de los Alpes. No obstante, ya sea para pasear o escalar, los extranjeros necesitaban la ayuda de lugareños. Así fue surgiendo la profesión de guía de montaña.

Inicialmente esta tarea fue realizada por pastores o cazadores alpinos, muy conocedores de los caminos, valles y collados montañosos, que acompañaban a los extranjeros. Con el correr del tiempo aquellos montañeses fueron perfeccionándose en las técnicas de guiada y merced a los conocimientos y lecciones que, sin advertirlo, sus propios clientes les proporcionaban, llegaron a convertirse en excelentes guías. En el siglo pasado los guías ya eran eximios escaladores a quienes el cliente se entregaba con toda confianza y además aseguraban el éxito de las excursiones montañeras para las que se los requería.

La primera sociedad de guías fue fundada en Chamonix en el año 1823. En aquel entonces era fácil ser guía, pues no se debía aprobar los rigurosos exámenes de hoy en día. Pasaron varios años hasta que se crearon otras agrupaciones de esta índole. Algunas imitadoras de Chamonix fueron la Asociación de Guías de Disans y la de los Pirineos de Francia. A raíz de las protestas que se originaron por la poca confianza que inspiraban algunos guías, en 1892 el Club Alpino Francés reglamentó la profesión para dicho país.

Por su parte el Club Alpino Suizo ya había elaborado su reglamento para guías en 1872, manteniéndose en vigencia hasta nuestros días, prácticamente en la totalidad de su espíritu. Es considerado como el más completo de los existentes. En él se distinguen los guías escaladores de los de valle, se establecen las tarifas para sus servicios, se fijan los cursos anuales y se detallan los conocimientos que deben reunir los aspirantes.

En esta época también se le dio carácter oficial a la profesión de guía en Italia, bajo los auspicios del Club Alpino Italiano, para las localidades de Turín, Aosta, Varello y Biella. En el Tirol y en Voralberg los guías de montaña tuvieron desde 1892 un reglamento que también aceptaron y pusieron en vigor las autoridades de toda Alemania y Austria. Estos reglamentos son muy similares y se basan en la protección tanto del guía como del cliente, fijando derechos y obligaciones recíprocas. Fueron redactados en su mayoría por los propios guías de montaña y están concebidos con el deseo de que el alpinismo florezca sin obstáculos y sea accesible para todos.

En nuestro país, más precisamente en la zona del Parque Nacional Nahuel Huapi, es donde la profesión de guía de montaña encuentra sus primeros antecedentes. Fue ella una de las actividades que desempeñaron pobladores de la zona, conocidos con el nombre de “baqueanos”, quienes acompañaron durante las décadas del 20 y 30  a los pioneros, exploradores y excursionistas en sus aventuras por parajes montañosos, de la misma manera que los pastores y cazadores alpinos un siglo antes guiaban a los turistas ingleses.

Parques Nacionales, Reglamentaciones de Montaña

Fue la Administración de Parques Nacionales (APN) la primera institución que contempló dentro de sus reglamentaciones la profesión de guías de montaña.

En el año 1938, por expediente Nr. 2.272, el directorio aprueba el “Reglamento para Guías de Alta Montaña”, con el “objeto de proteger, mejorar y controlar los intereses de las personas que actualmente desempeñan las funciones de guías y baqueanos y con el fin de vigilar la seguridad de las personas que practican andinismo en el Parque Nacional Nahuel Huapi”. Este reglamento estipulaba las categorías de “guía” y “baqueano”, especificándose los requisitos para obtener cada licencia, los deberes y obligaciones de cada uno, las disposiciones generales y las tarifas de las excursiones y ascensiones a realizarse.

Otra resolución data de octubre de 1947 y en ella se establecen las diferencias en los guías de montaña, distinguiendo a los de alta montaña y los de cordillera. Esta resolución fue modificada posteriormente con las resoluciones 504/71 y 417/72, que fueron actualizando periódicamente la regulación de la actividad.

Las certificaciones y habilitaciones de guías que otorgó Parques Nacinales generalmente fueron en base al currículum y los antecedentes del postulante. Parques solía consultar al respecto al Club Andino Bariloche y también a la Federación Argentina de Ski y Andinismo, cuyos voceros opinaban si “fulano” o “mengano” podía ser promovido a la categoría de guía.

Entre las primeras habilitaciones se pueden nombrar personalidades como Otto Meilling, Alex Hemmi, Pedro Strukelj, Martín Jereb, Dinko Bertoncelj, Carlos Sonntag y Anselmo Weber entre muchos otros.

La Unión Internacional de Asociaciones de Guías de Montaña

Las asociaciones de guías de montaña de diferentes países se encuentran nucleadas en el orden internacional en la Unión Internacional de Asociaciones de Guías de Montaña (UIAGM) con sede en Suiza.

Esta institución es dirigida por la asamblea anual de asociados, los que delegan durante el año las tareas administrativas en un presidente, un secretario y un tesorero elegidos por la asamblea, así como una comisión técnica.

La UIAGM se creó el 22 de octubre de 1966, en la ciudad de Sión (Suiza) y entre sus principales objetivos podemos citar: a) Armonizar las normas que regulan la profesión de guía de montaña. b) Facilitar a los guías el ejercicio de su profesión en el extranjero. c) Constituir un órgano central de arbitraje, de conciliación y de consulta por cuestiones que interesan a los propios asociados u otras personas y que se refieran a la profesión de guía de montaña. d) Reforzar los lazos de confraternidad que deben existir entre los guías de montaña, cualquiera sea su nacionalidad.

Asociación Argentina de Guías de Montaña

La Asociación Argentina de Guías de Montaña fue creada el 30 de abril de 1984 como un ente profesional, cuyos objetivos fundacionales están enumerados en su estatuto social. Cuenta con personería jurídica mediante Decreto 1947/85 y su comisión directiva, de ocho miembros, estuvo integrada por guías de alta montaña, profesores e instructores nacionales de escalada, instructores nacionales de esquí, pisteros socorristas y destacados escaladores argentinos.

A cuatro años de su fundación, y merced al buen nivel de sus cursos de certificación de guías de cordillera y trekking, la AAGM obtuvo el reconocimiento de la APN mediante la resolución 268/89, la cual puso en vigencia un renovado “Reglamento de Guías y Baqueanos” que estableció que las categorías de guías de alta montaña y cordillera y trekking se habilitaban en base a los cursos dictados por la asociación profesional que los nuclea. También fijó normas sobre los baqueanos, los que se habilitaban por las intendencias de Parques de su jurisdicción.

Al no existir ningún organismo oficial que certifique con idoneidad a los guías de montaña, la AAGM comenzó a dictar cursos para evaluar a los andinistas y escaladores que suponían estar capacitados para ejercer la profesión. Así se comenzó a certificar a los guías de trekking en cordillera, quienes posteriormente fueron habilitados por Parques Nacionales y diferentes organismos públicos de todo el país.

Con el correr de los años estos cursos se fueron perfeccionando y lograron el auspicio de innumerables organismos oficiales, entre los cuales se destaca la Universidad Nacional del Comahue, la Administración de Parques Nacionales, la Secretaría Nacional de Turismo, la Universidad Nacional del Sur, la Federación Argentina de Ski y Andinismo y varios organismos provinciales y municipales. Los cursos dejaron de ser meramente evaluativos e incluyeron módulos formativos.

A partir de los años noventa el turismo de aventura y las excursiones de trekking, así como las escaladas y ascensiones guiadas a las montañas de la cordillera andina se han incrementado notablemente y por ello la AAGM estableció Delegaciones Regionales en diferentes lugares de la Argentina, las cuales reúnen a los guías y socios allí residentes. Son agrupaciones con autonomía regional que operan en forma descentralizada y permiten un funcionamiento realmente federal de la AAGM.

Actualmente, en las áreas de Parques Nacionales, rige la resolución 113, aprobada por el directorio de la APN en marzo del 2019. Análogamente, algunas provincias argentinas han incluido entre sus reglamentaciones y hasta leyes, normas que regulan e intentan promover las actividades de montaña en general y las de los guías de montaña en particular.

MIEMBRO DE

AUSPICIANTES